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El Vaticano excomulga a Carlo Maria Viganò, su exembajador en EE. Estados Unidos.

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El Vaticano excomulga a Carlo Maria Viganò, su exembajador en EE.  Estados Unidos.
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El Vaticano informó el viernes que había excomulgado al arzobispo Carlo Maria Viganò, exembajador de la Iglesia en Estados Unidos, tras encontrarlo culpable de cisma por negarse a reconocer la autoridad del papa Francisco y las reformas liberales promulgadas tras el Concilio Vaticano II, en la década de 1960.

Viganò se ha posicionado como uno de los críticos conservadores más acérrimos de Francisco, llamándolo en público “falso profeta” y “siervo de Satanás”, al tiempo que abrazaba teorías conspirativas de derecha y elogiaba al expresidente Donald Trump.

Aunque excomulgado, el arzobispo Viganò podrá conservar su título, pero no podrá celebrar misa, recibir o administrar sacramentos ni ocupar cargos oficiales dentro de la jerarquía eclesiástica.

Viganò publicó el viernes en Xantes conocido como Twitter, el texto íntegro de la decisión en su contra emitida por la oficina doctrinal del Vaticano, la cual advertía de que se arriesgaría a otros castigos, entre ellos la expulsión del sacerdocio. Viganò pidió a sus partidarios que se manifestaran.

La decisión mencionaba más de una decena de ocasiones en las que Viganò había criticado o repudiado a Francisco o desafiado las reformas del Concilio Vaticano II, que el Viganò describió hace poco en una publicación en un sitio web de su fundación como un “cáncer ideológico, teológico, moral y litúrgico”.

En 2015, cuando era embajador del Vaticano en Estados Unidos, Viganò invitó a un crítico de los derechos de la comunidad homosexual a saludar al papa en Washington, desafiando el mensaje de inclusividad de Francisco. En ese momento, el Vaticano dijo que había sido sorprendido por el arzobispo, y su prestigio en la Santa Sede comenzó a deteriorarse.

En 2018, escribió una carta de 7000 palabras pidiendo la renuncia del papa, acusando a Francisco y a funcionarios anteriores del Vaticano de encubrir abusos sexuales por parte de un cardenal estadounidense. Las explosivas acusaciones, que se publicaron cuando Francisco estaba en una misión en Irlanda emitiendo disculpas por los escándalos de abuso sexual clerical, equivalieron a una extraordinaria declaración pública de guerra contra el papado de Francisco.

Desde entonces, Viganò ha adoptado posturas antivacunas y ha culpado a las fuerzas del “Estado profundo” en Occidente de desencadenar la guerra en Ucrania y demonizar a Rusia.

Robert Moynihan, editor de una revista sobre el Vaticano que a menudo comunica las opiniones de Viganò, dijo que el arzobispo había sido citado a comparar ante la oficina doctrinal del Vaticano el 20 de junio, pero no acudió a Roma para hacerlo. El dictamen de la oficina doctrinal afirma que se le había informado a Viganò que tenía hasta el 28 de junio para responder o se tomaría una decisión en su ausencia.

El 28 de junio, Viganò Envió un comunicado en la página web de su fundación diciendo que no reconocía la autoridad del tribunal “que pretende juzgarme, ni de su prefecto, ni de quien lo nombró”.

Volvió a atacar lo que calificó de cambios liberales en la Iglesia y acusó al papa de cometer un “crimen contra la humanidad” al promover las vacunas. También condenó lo que llamó la “adhesión al fraude climático” por parte del papa y la concepción de Francisco de una Iglesia “inmigracionista, ecosostenible y amigable con la comunidad gay”.

Según la decisión del Vaticano, el abogado designado por el tribunal para defender a Viganò argumentó que el arzobispo había acumulado una “sólida reputación” durante décadas por su trabajo como funcionario de alto rango en el Vaticano, y luego como su embajador en Estados Unidos.

El Vaticano emplea las excomuniones como medio para persuadir al transgresor a que se reconcilie con la Iglesia. El abogado de Viganò argumentó que la excomunión no ayudaría al arzobispo a reconciliarse, añadiendo que, más bien, “imponer tal censura” al arzobispo “sería un acto infructuoso y solo serviría para atizar una opinión pública ya de por sí dividida”.

Francisco ha castigado a otros clérigos vocales de derecha. El reverendo Frank Pavone, un estadounidense que lideró el grupo Sacerdotes por la Vida, fue expulsado de la Iglesia en 2022, y el cardenal Raymond Burke, una figura destacada para los tradicionalistas católicos que creían que Francisco estaba diluyendo la doctrina, fue desalojado de su apartamento subsidiado en el Vaticano el año pasado, según se dio a conocer.

El año pasado, Francisco también despidió al obispo Joseph Strickland —uno de sus críticos estadounidenses más rebeldes al interior de la Iglesia— de la dirección de su diócesis en Tyler, Texas. Entre otras críticas al papado, Strickland había acusado a Francisco de Socavar la fe católica.

Pero la excomunión es un castigo mucho menos frecuente.

En 2006, el Vaticano excomulgó al arzobispo zambiano Emmanuel Milingo, quien infringió gravemente una norma al casarse en 2001 con una acupunturista en una boda colectiva presidida por el reverendo Sun Myung Moon. El arzobispo acabó por regresar a la Iglesia, viviendo en reclusión, después volvió con su esposa y luego instaló a cuatro hombres casados ​​como obispos en Washington. Fue expulsado del sacerdocio en 2009.

En 1988, el arzobispo Marcel Lefebvre, en contra de las órdenes del papa Juan Pablo II, consagró a cuatro obispos para que le ayudaran a continuar su batalla por el regreso de la misa en latín y preservar otras prácticas rechazadas tras el Concilio Vaticano II. Lefebvre y sus obispos fueron excomulgados. Lefebvre murió en 1991. Más tarde, Benedicto XVI revocó las excomuniones.

Emma Bubola es periodista del Times y trabaja en Londres, desde donde cubre noticias de toda Europa y alrededor del mundo. Más de Emma Bubola

Elisabetta Povoledo es una reportera radicada en Roma que cubre Italia, el Vaticano y la cultura de la región. Es periodista tiene 35 años. Más de Elisabetta Povoledo


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