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Reseña de ‘Alien: Romulus’: la secuela retro se inclina hacia el terror

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Reseña de ‘Alien: Romulus’: la secuela retro se inclina hacia el terror
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La belleza de la franquicia “Alien” es que siempre ha dejado espacio para que cineastas distintivos jueguen con su propia estética y temas. El thriller espacial tenso y filosófico de Ridley Scott, “Alien”, dio paso al sudoroso y militarizado machismo de “Aliens” de James Cameron. David Fincher trajo la estética soviética industrial y la tensión psicosexual de sus videos musicales de Madonna a la elegante “Alien 3” (aunque renunció a su debut en el cine); incluso el oscuro y caprichoso autor francés Jean-Pierre Jeunet puso su sello peculiar en “Alien: Resurrection”, antes de que el propio Scott regresara para las sangrientas y melancólicas precuelas “Prometheus” y “Alien: Covenant”.

Ahora que el director de “Evil Dead” y “Don’t Breathe”, Fede Alvarez, está al mando de “Alien: Romulus”, no sorprende que su versión sea una película de terror contenida y empapada de vísceras pegajosas, en la que un grupo de jóvenes luchadores son perseguidos por un monstruo desconocido. Coescrito por Alvarez y Rodo Sayagués, el guión de “Alien: Romulus” es despiadadamente eficiente y toca temas reconocibles de la serie: el embarazo, la fuerza femenina y el choque entre la inteligencia humana y la artificial.

Se podría argumentar que las películas de “Alien” son como la pizza: son buenas incluso cuando no son tan buenas, y, dejando de lado algunas decisiones que nos dejarán perplejos y que sin duda inspirarán montones de artículos de opinión, “Alien: Romulus”, con su emocionante tacto y su elenco atractivamente valiente, es una pizza muy disfrutable.

Cailee Spaeny, que recientemente participó en “Priscilla” y “Civil War”, se pone las Reeboks de Ellen Ripley como nuestra heroína, Rain, que solo quiere una cosa: ver el sol. Está tratando de salir de la colonia minera Jackson con su “hermano”, un sintético (o droide) llamado Andy (David Jonsson), y trasladarse al planeta agrícola de Yvaga. Pero la corporación Weyland-Yutani sigue cambiando los postes de la meta y ella no ha cumplido con su cuota de horas en la mina. Sabiendo que la compañía nunca hará lo correcto por ella, se une a un grupo de amigos para buscar criocápsulas en una nave abandonada que flota en lo alto, con la esperanza de poder llegar a Yvaga por sí mismos.

Archie Renaux y Cailee Spaeny en la película “Alien: Romulus”.

(Estudios del siglo XX)

¿Un grupo de adolescentes roba una casa aparentemente desierta, sin saber qué peligros les esperan? Esto suena muy parecido a “Don’t Breathe” de Alvarez. Naturalmente, la nave, recientemente devastada por eventos similares a “Alien”, está plagada de abrazacaras y xenomorfos, y los amigos son separados y eliminados, se toman malas decisiones y todo tipo de criaturas impías salen a borbotones de varias cavidades corporales.

En el centro de la historia está la relación entre Rain y Andy. Ella lucha con la idea de dejarlo atrás cuando considera sus planes, pero luego una actualización de seguridad de su software, que le permite acceder a diferentes partes de la nave (sus dos mitades llevan el nombre de Rómulo y Remo, los gemelos de Roma), lo reinicia en algo más frío y calculador. Inicialmente programado por el difunto padre de Rain para hacer lo que es mejor para ella (y contar chistes de papá), la nueva directiva de Andy es terminar la misión para la compañía.

Esto no sucede en el vacío. Andy queda bajo la influencia de un nuevo personaje muy persuasivo que quedó de la masacre anterior, un sintético masticado y medio destruido llamado Rook con una apariencia sorprendentemente familiar. Con una actuación construida a partir de un actor de voz y escaneos faciales, Alvarez ha devuelto a la vida a un actor memorable pero fallecido de “Alien”.

Un hombre se encuentra en el pasillo de una nave espacial.

David Jonsson en la película “Alien: Romulus”.

(Estudios del siglo XX)

La tendencia de reanimar a estrellas muertas en las “secuelas” o “intercuelas” (el fantasma de Harold Ramis en “Ghostbusters: Afterlife”; Peter Cushing en “Rogue One”) es a la vez desagradable y éticamente cuestionable, especialmente considerando la lucha constante de los actores por controlar su propia imagen frente a la amenaza inminente de la IA. Dejando esas preguntas de lado, si la adición funciona en “Alien: Romulus”, es porque no están apuntando al realismo con este droide destrozado. Aun así, es molesto, especialmente considerando el compromiso de Alvarez en otros lugares con decorados y accesorios prácticos y sucios. También cuenta con una actuación fantástica y destacada de Jonsson, que alterna entre un cachorrito herido y un astuto apoderado corporativo.

Hay otros placeres superficiales que se pueden disfrutar en “Alien: Romulus”, incluida la cinematografía increíblemente rica de Galo Olivares y los interiores desgastados e iluminados con luces rojas brillantes, relucientes por la mucosidad extraterrestre. La banda sonora de Benjamin Wallfisch gime y resuena siniestramente, a veces sumergiéndose en momentos electrónicos sintetizados.

En el centro de todo está Rain, interpretada por Spaeny, el centro de la inteligencia de la película. Su empatía complica las cosas, pero su capacidad para leer e interpretar situaciones supera cualquier cálculo sintético. Spaeny, bajita, compacta y joven, no transmite la ágil potencia de Sigourney Weaver o Katherine Waterston, ni la firmeza de Noomi Rapace, todas ellas que han tomado las armas contra los xenomorfos en anteriores películas de “Alien”.

Pero Alvarez le da a Spaeny sus momentos de heroína, ya sea cuidando a sus compañeros o destruyendo una especie invasora, y expresa la fuerza interior y la determinación absoluta para sobrevivir que se requieren en una entrega de la franquicia “Alien”. A veces, esa demostración de pura humanidad y coraje es todo lo que se necesita para que una de estas películas sea un éxito.

Katie Walsh es una crítica de cine del Tribune News Service.

‘Alien: Rómulo’

Calificación: R, por contenido y lenguaje sangriento y violento

Duración: 1 hora, 59 minutos

Jugando: En estreno general el viernes 16 de agosto

Fuente