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Armonizar la financiación de pérdidas y daños será clave para la COP29 | Opinión | Eco-Negocios

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Armonizar la financiación de pérdidas y daños será clave para la COP29 | Opinión | Eco-Negocios
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Estos estudios han mejorado las capacidades técnicas de los países participantes, ya que ayudan a distinguir la capacitación y el desarrollo de la adaptación, demostrando cómo la ciencia climática más reciente puede informar la formulación de políticas relevantes para evitar, minimizar y abordar la capacitación y el desarrollo. Este cuerpo de literatura también ha desencadenado un proceso para distinguir la capacitación y el desarrollo de la adaptación con el fin de facilitar un flujo de financiamiento distinto bajo el Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

Lamentablemente, la débil capacidad técnica de Pakistán y la falta de coordinación entre el Ministerio de Relaciones Exteriores, que representa a Pakistán en el Comité Ejecutivo de WIM, y el Ministerio de Cambio Climático (MOCC), que representa a Pakistán en la Red de Santiago, han obstaculizado su participación efectiva.

Como resultado, nuestras políticas climáticas y otras políticas sectoriales, incluida la Contribuciones determinadas a nivel nacional y Plan Nacional de Adaptaciónno están informados por estas cinco áreas cruciales de acción de capacitación y desarrollo. La ausencia de Pakistán de los grupos técnicos ha sido una oportunidad perdida para aumentar la capacidad nacional.

Establecida en el marco de WIM en 2019, la Red de Santiago es una iniciativa vital destinada a brindar asistencia técnica a países particularmente vulnerables como Pakistán. Su mandato es facilitar la asistencia técnica, conectando a las naciones con organizaciones, redes y expertos relevantes. En la actualidad, todavía está intentando ampliar sus actividades desde su puesta en funcionamiento en 2022.

A pesar de sus limitaciones, incluida la escasez de personal y financiación, la red sigue siendo fundamental para apoyar a las naciones vulnerables en sus esfuerzos por hacer frente a los efectos climáticos adversos mediante asistencia técnica específica, intercambio de conocimientos y creación de capacidad.

Los esfuerzos de la red asumirán una mayor importancia para ayudar a los países a desarrollar la capacidad de acceder y utilizar eficazmente el apoyo financiero del FDL. Esto ampliará el papel de la red más allá de la mera asistencia técnica. La revisión del WIM ha sido un tema polémico desde la COP24, con debates en curso sobre la gobernanza de la COP/CMA. Esta falta de acuerdo ha estancado avances significativos en la visión a largo plazo de WIM.

La cumbre climática del año pasado, COP28en Dubai, marcó un momento crítico para estos mecanismos de financiación climática. Para la Red de Santiago, las discusiones también abordaron cómo integrarla más estrechamente con el FDL para garantizar un apoyo continuo desde la asistencia técnica hasta el apoyo financiero.

Pakistán consiguió con éxito un puesto en las estructuras de gobernanza tanto de la LDF como de la Red de Santiago, representado por este autor en la LDF y por el secretario del Ministerio del Clima en la Red de Santiago. Los frecuentes desplazamientos y desplazamientos de funcionarios en el MOCC han obstaculizado aún más la participación de Pakistán en la Red de Santiago.

Si bien el WIM sirve como marco general, la Red de Santiago se centra en la asistencia técnica y el LDF representa la columna vertebral financiera necesaria para implementar una acción climática sólida. Esta estructura tripartita refleja un enfoque holístico para abordar las vulnerabilidades climáticas.

La existencia de estos tres mecanismos fomenta la coherencia de las políticas a nivel nacional e internacional, permitiendo a los países alinear sus estrategias climáticas y aprovechar el apoyo en las tres áreas. A medida que estos mecanismos evolucionen y maduren, tienen el potencial de cerrar la brecha entre los más afectados por el cambio climático y los recursos que necesitan desesperadamente.

En COP29 En Bakú, se espera que resurja la interacción entre estos tres mecanismos. Es probable que las discusiones clave impliquen establecer criterios claros para acceder al apoyo y garantizar la transparencia en los procesos de toma de decisiones.

Probablemente habrá un fuerte impulso para una mayor integración entre los tres mecanismos, centrándose en fortalecer la capacidad del WIM para proporcionar orientación estratégica a los otros dos mecanismos, asegurando la coherencia y maximizando su impacto colectivo. Esto podría implicar la creación de procesos simplificados para que los países accedan a apoyo técnico a través de la Red de Santiago junto con la ayuda financiera del FDL.

El desarrollo de metodologías sólidas para medir el impacto de las intervenciones, en áreas como pérdidas y daños no económicos (NELD), respaldadas por estos mecanismos será vital para demostrar su valor y asegurar un apoyo continuo.

Además, es probable que en la agenda se incluya la ampliación de la red de socios involucrados en la Red de Santiago y la diversificación de las fuentes de financiamiento para el FDL. Es posible que se preste mayor atención a cómo estos mecanismos pueden abordar mejor las pérdidas y daños no económicos, como la pérdida de cultura y biodiversidad.

Otro aspecto clave es garantizar que las finanzas de LD se integren en los Nuevos Objetivos Cuantificados Colectivos (NCQG). Sin embargo, hasta ahora los países desarrollados se han resistido a incluir objetivos específicos de financiación de la formación y el desarrollo en el marco del NCQG.

A medida que se intensifican los impactos climáticos, la capacidad de la comunidad global para poner en práctica y armonizar estos mecanismos será fundamental. Los debates de la COP29 en Bakú desempeñarán un papel fundamental en la configuración del futuro de la financiación climática para la formación y el desarrollo. La eficacia de estos mecanismos para brindar apoyo oportuno, eficiente e integral a quienes se encuentran en la primera línea del cambio climático servirá como prueba de fuego para la solidaridad global.

Este artículo fue publicado originalmente en Diálogo Tierra bajo una licencia Creative Commons.

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