A medida que las temperaturas comienzan a bajar, damos la bienvenida a la llegada de la estación acogedora, una época que enciende el anhelo de lecturas cautivadoras. Ya sea acurrucado en el sofá o arropado en la cama, hay algo singularmente reconfortante en disfrutar de un buen libro o una historia intrigante mientras saborea su bebida caliente favorita.
Para abrazar la atmósfera acogedora de este mes, autor y profesor de escritura creativa Luis Jaramillo compartió con De Los su nuevo libro, “Las brujas de El Paso”, una cautivadora novela sobre la mayoría de edad que lleva a los lectores en un viaje de ida y vuelta a través del tiempo y las generaciones. Sigue la historia de dos mujeres, Nena y Marta, que pretenden escapar de sus desafiantes realidades en diferentes etapas de la vida, desde 1940 hasta el presente, utilizando sus habilidades para interactuar con “La Vista”, una poderosa fuente de magia, acompañada por un aquelarre (aquelarre) de monjas de un convento secreto.
Jaramillo ha vivido en la ciudad de Nueva York durante los últimos 25 años, pero sus raíces se remontan a Salinas, California, una comunidad agrícola conocida por su producción de fresas y uvas. Al crecer, su padre trabajó como abogado para trabajadores agrícolas mientras su madre les enseñaba inglés a sus hijos como segundo idioma. Durante su infancia, Jaramillo residió brevemente en El Paso, lugar que dejó una impresión duradera.
Cuando visitó El Paso, lo sintió como un lugar de conexiones profundas, como si todos fueran primos, con caras familiares en todas partes. Esta sensación de cercanía creó una experiencia excepcionalmente rica, una que no había encontrado en ningún otro lugar.
“A veces íbamos en Navidad y había luminarias encendidas, aire frío y luego tomábamos chocolate caliente”, dijo Jaramillo, y agregó que esas visitas tenían sus raíces en la tradición familiar. “En cierto modo, El Paso se siente como un hogar espiritual para mí”.
Su inspiración para el libro comenzó con historias de su familia, particularmente de su abuela y sus hermanas, quienes crecieron en El Paso a fines de la década de 1930 y alcanzaron la mayoría de edad durante la Segunda Guerra Mundial. Estas mujeres eran fuertes e inteligentes; su abuela incluso obtuvo una beca Fulbright para la Universidad Metodista del Sur, aunque no pudo asistir debido a las limitaciones financieras de la familia.
Jaramillo se sintió atraída por explorar las limitaciones de estas mujeres, especialmente aquellas relacionadas con el racismo, la pobreza y el género. Quería capturar los desafíos que enfrentaron pero también las posibilidades que imaginaron para trascender esas limitaciones. Para dar vida a estas ideas, incorporó elementos mágicos en sus escritos presentando realidades alternativas para los personajes principales.
“La magia, o la idea de ella, es una forma que tienen los impotentes de imaginar que pueden volverse poderosos”, dice Marta, uno de los personajes principales del libro, quien más tarde se encuentra con el poder de “La Vista”.
La exploración del misticismo que hace el libro está profundamente ligada a la historia cultural de las regiones de El Paso y Nuevo México. Estas áreas han estado inmersas durante mucho tiempo en historias de La Llorona, folklore de brujas y una mezcla única de catolicismo con prácticas espirituales indígenas”, explica Jaramillo. Conocida hoy como la Tierra del Encanto, la identidad de Nuevo México refleja una fascinación por reinos de otro mundo y formas alternativas de entender el mundo.
Mientras realizaba la investigación para el libro, visitó el histórico mercado mexicano Mercado Cuauhtémoc en Juárez, México, conocido por su enfoque en prácticas curativas tradicionales como curanderismo y chamanismo. Allí, observó montones de hierbas frescas, caléndulas y otros elementos utilizados en rituales y pociones, incluida la raíz de peyote y esqueletos de animales reales con sus colas aún adheridas, lo que refleja cómo estas tradiciones místicas aún están vivas. Esta rica combinación es parte integral de la vida en la frontera, donde múltiples formas de conocimiento y creencias coexisten de manera dinámica y duradera.
La magia a menudo se presenta como una fuerza que puede mejorar las cosas, pero en el caso de “Las Brujas de El Paso”, es un poder que trae más dificultades que beneficios.
“Me gusta la definición de una historia sobre la mayoría de edad como una narrativa en la que alguien tiene que renunciar a algo o pagar algo para adquirir sabiduría”, dijo Jaramillo. “Creo que lo mismo ocurre con la magia. Hay algo a lo que hay que renunciar o pagar para poder tener esa magia en el mundo”.
Esta idea está entretejida en los viajes de los personajes, cada uno de los cuales atraviesa un pasaje: a través del tiempo, yendo y viniendo o de una etapa de la vida a la siguiente, de la juventud a la vejez. El autor ve estos pasajes como transiciones que inherentemente exigen sacrificio. Para sus personajes, la magia sirve como herramienta y prueba, ofreciendo beneficios potenciales, pero exigiendo algo a cambio. A través de esta lente, examina el equilibrio de ganancias y pérdidas que acompañan al uso de la magia, reforzando la exploración más profunda de la novela sobre las consecuencias y la transformación personal.
Esta idea de cruzar de un lado a otro y los efectos que produce en sus personajes tiene similitudes con la vida en El Paso, donde la gente vive no sólo de forma bicultural, sino también binacional. Para muchos, cruzar la frontera es una parte habitual de la vida diaria, ya sea para ir a la escuela, al trabajo o incluso únicamente para comer.
“Todos nosotros poseemos enormes cantidades de creatividad y hay mucho poder [in] esa creatividad”, dijo Jaramillo. “A veces parece que no tenemos acceso a ello, pero lo tenemos, y en momentos clave de nuestras vidas nos damos cuenta de cuál es el poder de la creatividad”.
Jaramillo tiene previsto hablar en el Festival del Libro de Texas en Austin los días 16 y 17 de noviembre.
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