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Prohibir la geoingeniería solar | Opinión | Eco-Negocios

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Prohibir la geoingeniería solar | Opinión | Eco-Negocios
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Hemos crecido en un mundo donde el cambio climático es evidente en todas partes. Lo vemos en nuestros cielos tormentosos y en las inundaciones que inundan nuestras comunidades. Lo sentimos en la garganta y los pulmones cuando inhalamos aire contaminado y en la piel cuando caminamos por la calle durante las olas de calor.

Los líderes mundiales se reunirían todos los años para tomar decisiones y acuerdos, compromisos y compromisos, y siempre estarían muy lejos de lograr lo que se necesitaba para mitigar y, cada vez más, adaptarse al cambio climático. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) del año pasado fue sin excepción.

Toda esta inercia ha impulsado a algunos a tratar de encontrar una manera de eludir el arduo trabajo de poner fin a las nocivas emisiones de gases de efecto invernadero, proteger ecosistemas críticos y repensar el crecimiento y el desarrollo económicos.

Una “solución” propuesta es empujado por una pequeña pero ruidosa minoría en el Norte Global, es la geoingeniería solar, que implica modificar la atmósfera de la Tierra para crear una barrera reflectante contra la radiación solar. Sin embargo, para los jóvenes de hoy y las generaciones futuras, tales intervenciones amenazan con ser tan catastróficas como el cambio climático.

Lo último que necesitan los jóvenes es que se les deje cargando con la responsabilidad de otra crisis que no creamos. Pero eso es precisamente lo que probablemente significaría la geoingeniería solar.

La geoingeniería solar puede adoptar muchas formas, incluida la liberación de enormes cantidades de partículas de azufre en la estratosfera para crear una barrera reflectante contra la luz solar (inyección de aerosol estratosférico) y la inyección de niebla salina en nubes marinas poco profundas (brillo de nubes marinas).

pero nunca se dirige las causas fundamentales de la crisis climática, e implica modificar la atmósfera de nuestro planeta de maneras que no pueden probarse adecuadamente a escala, con efectos que durarán décadas o más extenso.

La investigación en geoingeniería siempre ha sido controvertida precisamente por estas razones. Innumerables científicos y expertos han prevenido que el enfoque podría causar daños no deseados de gran alcance. consecuencias. Los estudios muestran, por ejemplo, que podría alterar patrones climáticos y meteorológicosllevando a sequías severas, huracanesy otros climas extremos. Estos riesgos son imprevisibley sus efectos serían distribuido desigualmente.

De hecho, la geoingeniería solar amplificaría desequilibrios de poder globales existentessobre todo porque las decisiones sobre su despliegue las tomarían principalmente países ricos en el Norte Global, los mismos países que crearon la crisis climática. Estos países alimentaron un fenómeno mortal, cuya carga recae desproporcionadamente sobre las comunidades vulnerables, y ahora proponen una estrategia altamente arriesgada que, incluso en el mejor de los casos, no resolvería el problema.

Ninguna de estas objeciones ha impedido millones de dolares de ser canalizado –en gran medida por multimillonarios de la tecnología y las finanzas – en iniciativas de geoingeniería solar. Sus defensores sugieren que tales iniciativas son una solución temporal, una forma de comprar más tiempo para la mitigación y la adaptación. Para nosotros, tales declaraciones suenan como peligrosos castillos en el aire: atractivos pero ilusorios.

Es mucho más probable que la geoingeniería solar proporcione una excusa para que los principales emisores del mundo no pongan fin a su adicción a los combustibles fósiles. Esto agrava la amenaza de un “choque de terminación”: si los esfuerzos de geoingeniería solar se detuvieran abruptamente, se produciría un rápido calentamiento. Por lo tanto, las generaciones futuras –incluidos los jóvenes de hoy– tendrían que afrontar peligrosos picos de temperatura y crisis mucho más agudas que las que enfrentamos ahora.

Al menos seremos nosotros quienes pagaremos la factura de la economía y la sociedad. transformación que exige el cambio climático, una transformación que hoy en día no recibe la inversión adecuada.

A los defensores de la geoingeniería solar les gusta presentarla como una solución “barata”, pero desvía recursos de iniciativas Que sepamos que funciona –y no pongamos en riesgo la salud de nuestro planeta– no puede considerarse una buena gestión financiera. Más bien, equivale a descargar el arduo trabajo de abordar la deuda de carbono en nuestra generación y en las que nos siguen.

Por eso defendemos una prohibición total de la geoingeniería solar. Y no estamos solos. Más de 2.000 organizaciones de la sociedad civilincluidos Fridays For Future y más de 540 académica han pedido un Acuerdo internacional de no uso de geoingeniería solar. Países en la primera línea de la crisis climática, como Vanuatu y otros, tienen de manera similar opuesto el uso de tales tecnologías.

Algunas voces fuertes –y, sin duda, bien financiadas– podrían acusar a opositores como nosotros de tener una mentalidad cerrada, sugiriendo que deberíamos estar más dispuestos a entablar un diálogo sobre el tema. Pero esto es simplemente una estratagema para descartar una posición respaldada por una amplia investigación.

El pequeño grupo de jóvenes bien financiados que defienden la investigación en geoingeniería solar son a menudo conectado a organizaciones conocido por promover estas tecnologías controvertidas, levantando la sospecha de que están siendo cooptadas para darle a la geoingeniería solar la apariencia de apoyo juvenil.

Lo último que necesitan los jóvenes es que se les deje cargando con la responsabilidad de otra crisis que no creamos. Pero eso es precisamente lo que probablemente significaría la geoingeniería solar. Seguirlo equivale a una profunda traición generacional.

Mohammed Usrof es fundador del Instituto Palestino para la Estrategia Climática. Disha Ravi es cofundadora de Fridays For Future India. Heleen Bruggink es cofundadora de Mind Our Future: Jóvenes críticos en geoingeniería solar. Erica Njuguna es organizadora de justicia climática y coordinadora del Sur Global en ANGRY.

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