Otra posibilidad es que un país quiera vigilar su propio territorio, pero los datos disponibles en el mercado internacional no satisfacen sus necesidades y no sea capaz de lanzar satélites.
En ese caso, puede trabajar con China para lanzar un satélite y compartir derechos de uso. La asociación entre China y Brasil implica el desarrollo conjunto de satélites. Brasil diseña satélites según sus necesidades. Ya sea que quiera monitorear el dióxido de carbono, los humedales o los lagos, el país que lo diseña tiene más voz en los datos.
Las líneas rojas ecológicas no pueden referirse sólo a la cantidad bajo conservación: la calidad también es importante, particularmente cuando se trata de biodiversidad. Una mayor biodiversidad en un lugar no compensa una disminución en otros lugares. ¿Cuál es su opinión sobre la protección desigualmente distribuida de estas líneas rojas?
En China, ese “equilibrio” no significa que cada provincia proteja la misma cantidad de tierra. La cobertura de tierra protegida depende de la importancia del ecosistema y de la intensidad del desarrollo histórico.
En términos de superficie, el Tíbet y Mongolia Interior tienen las zonas más grandes bajo protección ecológica de la línea roja; en primer lugar, porque se trata de ecosistemas muy importantes y, en segundo lugar, porque ha habido menos desarrollo allí. La provincia de Qinghai también tiene una gran cantidad de tierra bajo protección, porque las fuentes de los ríos Amarillo y Yangtze están allí, por lo que la protección tiene un impacto en un área mucho más amplia.
Para mejorar la calidad, será necesario actualizar el alcance de las líneas rojas. [as other changes occur over time]. Por ejemplo, la mayoría de los países verán desaparecer algunas aldeas dispersas a medida que avance el crecimiento económico. Lo mismo ocurre con China. Una vez visité un pueblo en Gansu, a gran altura.
Cinco o seis años después, los aldeanos se habían ido y todos los edificios estaban derrumbados y cubiertos de vegetación. Esto es algo aún más común en el sur de China. La naturaleza tiene la capacidad de recuperarse, y la vida animal y vegetal rápidamente se apodera de cualquier lugar que los humanos abandonen.
Cuando se trata de conservación, diferentes países adoptan enfoques diferentes, debido a sus diferentes grados de desarrollo. Es necesario proteger algunas regiones que son importantes para el clima o para especies clave. Por ejemplo, los bosques tropicales de Brasil tienen un papel único a nivel mundial y deben ser protegidos.
Algunas especies, como el elefante asiático, tienen áreas de distribución muy limitadas, por lo que pueden protegerse dentro de áreas específicas. En algunos casos, los hábitats de las especies han sido reemplazados por ciudades o tierras de cultivo y no pueden restaurarse. Y el establecimiento de líneas rojas ecológicas también debe tener en cuenta la economía, así como los planes de desarrollo local. Establecer una línea roja no significa detener toda actividad humana; las prácticas tradicionales locales, como el pastoreo o la agricultura, deben conservarse cuando corresponda.
El método de China para crear áreas protegidas es una combinación de enfoques de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. A nivel provincial, las provincias informan sobre sus áreas protegidas al gobierno central, que también tiene sus propias políticas de alto nivel, con las que se verifica el trabajo provincial, para garantizar que todo esté en línea con los planes de desarrollo local. Ese enfoque cuenta con un apoyo generalizado, ya que los gobiernos locales reconocen la importancia de las líneas rojas ecológicas.
Este artículo fue elaborado como parte del Beca de presentación de informes para la COP16 del CDB 2024 organizado por Earth Journalism Network de Internews.
Este artículo fue publicado originalmente en Diálogo Tierra bajo una licencia Creative Commons.